Nos encontramos ante un claro ejemplo de malos gestores públicos. El viceconsejero de Industria del Gobierno de Canarias, que ocupa cuota herreña en el Gobierno, ya saltó a la fama en tiempos de Manuel Hermoso, cuando fue instado a devolver a las arcas de la Comunidad unos dinerillos producto de los intereses que generaron los fondos para entidades canarias en el exterior que él, en calidad de representante gubernamental, depositó de muy buena fe en el Banco Consolidado de Venezuela. Es el mismo Sánchez que envió a sus funcionarios un revelador correo electrónico sugiriéndoles que, en caso de necesidad y en relación con el nuevo concurso eólico, es saludable y hasta aconsejable saltarse la ley. Este caballerete es el que, instalado por su cuenta como si de un decadente virrey se tratara, obligó a los servicios jurídicos de su consejería a recurrir contra Unelco por incumplir las más de 400 resoluciones suyas que fueron invalidadas por la ley. Los Servicios Jurídicos de la Comunidad Autónoma, hartos de ver cómo cada consejería se ha constituido en república independiente, ya no sabe qué hacer ante la avalancha de rapapolvos judiciales que se le vienen encima.