El PSOE intentará, con el éxito que el hermetismo gubernamental le suele permitir alcanzar, delimitar las responsabilidades públicas por la pérdida de 630.000 euros en este planeamiento frustrado de Mogán. Una buena parte de esa pasta la aportó la empresa pública Gesplan, vinculada a Medio Ambiente (Domingo Berriel), con dos partidas, una primera de 173.657 euros en 2005, y otra de 87.587,50 en 2009, cuatro años después de vencidos los plazos del convenio inicial con el Ayuntamiento de Paquirrín. Sumen a esos 261.000 euros los 323.837,50 aflojados por el consistorio moganero a través de su mercantil Gesmogán, y verán que les salen 585.082. De ahí a la cifra de 630.000 aprobados por la Junta de Gobierno en 2004, nos faltan 45.000 euros que seguramente se habrán quedado en un recodo del camino. De momento el marrón ha correspondido tragárselo al concejal de Urbanismo de ida y vuelta, Silverio Martín, que el lunes meterá por registro un escrito desdiciéndose de su dimisión de esta semana. Vayan ustedes a saber con qué poderosos argumentos le han convencido para que no regrese a la cementera.