Desde 2001 trabajaba con mucho ahínco el equipo de la SPEGC con el fin de encontrar fórmulas de autofinanciación que garantizaran la viabilidad de una sociedad precisamente destinada a promocionar económicamente la isla. Pretendían no tener que depender de los poderes públicos, esencialmente del Cabildo, que era el que más capital aportaba. Tras las elecciones de 2003 hubo cambio en el grupo de Gobierno, aunque continuara el PP al frente de la Corporación, y el nuevo equipo conocía desde el principio que Megaturbinas de Arinaga era un proyecto de la SPEGC para conseguir ese objetivo de autofinanciación, al tiempo que se conseguía para la isla un proyecto de gran proyección internacional. De ese proyecto se daba información continua en los consejos de administración de la SPEGC que hasta 2003 presidía María Eugenia Márquez, en el que ocupaba también plaza como consejero Miguel Jorge Blanco. El vicepresidente insular pasó precisamente a presidir Megaturbinas de Arinaga con la llegada de Soria al Cabildo. Se pueden alegar muchas cosas excepto ignorancia.