La tiranía del verso ha traicionado en gran medida la ocurrencia de Miguel Cabrera Pérez-Camacho, porque además de obligarle a adornar a Paquita Luengo con calificativos impropios de la cortesía parlamentaria y del respeto de género, ha llevado a este vocacional poeta a inventarse unas patrañas insuperables. Además de lo complicado que resulta atribuir decisión alguna a una secretaria general técnica, la cuestión se torna imposible cuando le endilga nada menos que la financiación ilegal del PSOE a través de la empresa Cantería de Arucas, S.A., en la que figura como accionista, fitetú, la familia del Marquesado de Arucas, con el destacado militante Borja Benítez de Lugo a la cabeza. Una empresa, por lo demás, que tenía a Mari Carmen Benítez, esposa de Soria, como procuradora en esos pleitos, y como abogado a José Miguel Bravo de Laguna, ex presidente del Parlamento y del PP de Canarias. Todo esto no rima, es verdad, pero es incontestable.