Antes de viajar a Senegal, es muy probable que Mauricio vuelva a salir a la palestra para hablar de las cosas que pasaron en la Dirección General del Tesoro en la época ática, tan épica y chiripitifláutica. Al menos eso dice la Audiencia de Cuentas, donde están muy sorprendidos de que el consejero de Economía y Hacienda todavía no haya puesto el asunto en manos de la Fiscalía o del Juzgado de Guardia. Si tan graves son los hechos que ocurrieron bajo el mandato de Alberto Amorós, si la cosa tiene el tamaño, el color, el olor y el sabor de lo que se está publicando en Canarias7, no entendemos nosotros -ni entienden en la Audiencia de Cuentas- que el caso no haya sido motivo de acción judicial. A ver si va a resultar cierta la denuncia de Amorós acerca de una utilización política de su persona. O si, por el contrario, van a tener que aparecer más nombres de funcionarios altamente cualificados que en el momento procesal oportuno no actuaron convenientemente.