No vaya usted a creer, honrado y productivo ciudadano, que es el único que suda la gota gorda cuando ve venir a un guindilla recetario en ristre para empaquetarlo por todo lo alto. Las altas instancias del Estado y las ONG también sufren un auténtico calvario para tratar de sacudirse alguna que otra multa injusta. Le viene ocurriendo, por ejemplo, a Cruz Roja, que desde que estuvo el Rey don Juan Carlos en Las Palmas para celebrar el Día Mundial de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, anda metida en un lío de pliegos y contenciosos. Y todo porque a un agente se le ocurrió, valiéndose de una abusona grúa, llevarse por delante una ambulancia convenientemente aparcada a las puertas del Ayuntamiento por petición expresa de la Casa Real.