La guerra que han venido manteniendo en los últimos días la Dirección General de Salud Pública y el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria a cuenta de la bandera azul de la playa de Las Canteras toca a su fin. Y es hora de hacerse preguntas. Todo el lío se armó porque un informe de Salud Pública del 29 de junio decía que la calidad del agua no era la requerida para tener la bandera azul, lo que en ningún caso significaba que no fuese apta para el baño. Estas cosas no pasan a mayores hasta que algún medio de comunicación se hace eco de ello. Nuestros compañeros de La Provincia estuvieron listos y entonces empezó un insano ejercicio de tirarse la pelota de uno a otro lado. El concejal de Medio Ambiente, Rafael Santana, que no se bajaba del burro y aseguraba que la calidad del agua era la que tiene que ser. Primera pregunta: ¿para qué sirven entonces los análisis que se realizan? Y tras unos tira y afloja, Salud Pública realiza otro informe en el que salva a la playa por los pelos, porque todavía en La Puntilla la cosa está malita.