La comparecencia del empresario Javier Esquível ante la comisión parlamentaria que investiga las responsabilidades políticas en el escándalo del concurso eólico era de las más esperadas. Es la primera vez que habla de modo oficial porque ni lo ha tenido que hacer ante un juez ni ha explicado públicamente su relación con el asunto. Su comparecencia se produjo este martes en un tono y en un ambiente que se asemeja al que debe reinar a una comisión civilizada. No estaba José Manuel Soria porque no había que desacreditar al compareciente, como ha ocurrido hasta ahora con los dos denunciantes de la trama, lo que relajaba el ambiente. Y Esquível estuvo a la altura que de él se esperaba, contestando a todo con la seguridad propia de un empresario sólido que no parece tener nada que temer. Por eso sobraban las lisonjas y los peloteos de Manuel Fernández y Jorge Rodríguez, que hicieron de dúo dinámico para taponar la acción del PSC y de CC. No protegían a Esquível, sino a Soria, que fue el que una vez más quedó peor parado este martes.