El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Las 24 horas que el PSOE canario estuvo en la UVI
Una posición política que podría ser más que razonable, la de la exigencia de un mayor equilibrio territorial en la elección de consejeros y consejeras del Gobierno de Canarias, se ha convertido en una pifia colosal. Y con unas consecuencias que trascienden el objetivo perseguido para pasar a debilitar enormemente a los que promovían la iniciativa. El Partido Socialista Canario estuvo 24 horas en la UVI, las que transcurrieron entre la mañana de este miércoles y la mañana de este jueves por culpa de una mala decisión de su dirección federal tomada a partir de una información sesgada e interesada que se había recibido. La reacción de unos cuantos dirigentes socialistas canarios logró enderezar una situación que llegó a ser catastrófica por culpa de una serie de decisiones incomprensibles de Ferraz que colocaron al pacto al borde mismo de la ruptura. Patricia Hernández viajaba a Gran Canaria en barco (su avanzado estado de embarazo le impide tomar aviones) cuando recibió una llamada de un alto cargo de Coalición Canaria que le informaba de que la composición del Gobierno que acababa de enviarles la dirección federal del PSOE no era la misma que la que ella les había comunicado. “¿Cómo que no es la misma?” De inmediato ató cabos: unos días atrás le habían comunicado desde el PSOE canario el interés de Sebastián Franquis, secretario general en Las Palmas de Gran Canaria, de celebrar una reunión para proponerle nombres para el Ejecutivo. La respuesta que recibió fue la que toca: esa es una decisión de la candidata que será refrendada por la Ejecutiva Regional llegado el momento. Patricia Hernández comprendió enseguida que Franquis había colocado en Madrid una bomba que le acababa de estallar a ella en toda la cara. La lista que Ferraz había mandado al presidente del Gobierno para el nombramiento de consejeros y consejeras tenía una discordancia: en lugar de Ornella Chacón, como consejera de Obras Públicas aparecía Concepción Narváez. Nadie había consultado ni con Patricia Hernández ni con José Miguel Pérez ni con absolutamente nadie de la Ejecutiva Regional del PSOE. Había que devolverle la bomba a Ferraz y a eso se aplicaron de inmediato unos cuantos dirigentes socialistas canarios, con José Miguel Pérez a la cabeza.
Unidos ante la adversidad
La primera llamada que recibieron los dirigentes de Coalición Canaria sirvió para comunicarles que el PSOE canario cerraba filas en torno a su candidata, que este viernes tomará posesión de la Vicepresidencia del Gobierno. En CC no daban crédito a lo que ocurría, y solo unas horas antes de que tomara posesión este jueves Fernando Clavijo se recibió una rectificación formal por parte de la Ejecutiva Federal: en la lista volvía a aparecer la majorera Ornella Chacón. Por eso Fernando Clavijo, en un gesto hasta ahora inédito que no pasó desapercibido para nadie, leyó con cierta solemnidad (la que a estas alturas es capaz de dar a sus discursos, pero ya aprenderá) el nombre y el cargo de los que serán a partir de este mismo viernes sus compañeros en el Consejo de Gobierno. Volvió a ser particularmente cariñoso con su socia, quizás lo necesitaba más que en anteriores ocasiones ante la reiteración del desprecio mostrado por su propio partido en asuntos tan delicados. Una debilidad que, por supuesto, viene muy bien a CC, que ha sido la parte que más ha fomentado la relación directa con Pedro Sánchez y su secretario de Organización, el cada vez más patoso César Luena, conocido ya en el PSOE canario con el sobrenombre de Lucerito. Puentear a Patricia Hernández ha sido un negocio muy rentable para los nacionalistas, pero también para los que siempre han querido desplazar traumáticamente de su puesto de secretario general a José Miguel Pérez. Colocar a la candidata en una posición débil ante Ferraz y luego erigirse en su conseguidor ha resultado ser un juego muy peligroso para quien lo ha practicado con escasa destreza, Chano Franquis. Sencillamente porque se le fue la mano en la administración de su interlocución: en Ferraz creyeron que imponiendo a Conchy Narváez, Franquis era portador del sentir mayoritario del PSOE canario, pero su impostura duró muy pocas horas y provocó un efecto contraproducente contra él, que Patricia Hernández y José Miguel Pérez hicieran piña por primera vez de manera decisiva. Efectivamente, José Miguel Pérez, Patricia Hernández y Francisco Hernández Spínola se constituyeron en gabinete de crisis el miércoles por la tarde, nada más recibir la vicepresidenta en ciernes la llamada de CC. No localizaron a Julio Cruz, secretario de Organización, al que muchos ya consideran perdido para la causa desde que fue descabalgado de la Mesa del Parlamento.
¿Por qué Obras Públicas? ¿Por qué Narváez?
José Miguel Pérez estuvo pegado al teléfono hasta la una de la madrugada del jueves. Por supuesto habló varias veces con Ferraz para hacer saber a los portentos que allí pacen que con su atrabiliaria decisión de imponer a una consejera de Obras Públicas no sólo perpetraban una injerencia intolerable en una organización territorial sin ningún motivo razonable, sino que se ponía en peligro de manera clara el pacto regional tras la decisión de Patricia Hernández de tirar la toalla ya cansada de tantos desprecios. Y con la ruptura de ese pacto, la marabunta en cascada, es decir, la quiebra de mayorías en un montón de corporaciones locales donde a duras penas se había logrado imponer este acuerdo. Además, se abría la puerta a un descrédito de la organización en Canarias que iba a hacer imposible recomponer en unos tiempos tan delicados. Nadie en el PSOE confirma que Pérez utilizara entre sus argumentos la escasa cualificación profesional y política de Concepción Narváez, la candidata a consejera impuesta por Ferraz, donde sólo contaban con las referencias aportadas por Chano Franquis. El todavía vicepresidente conoce a la perfección los valores que atesora Narváez, que para algo la ha tenido como asesora de la Consejería de Educación en una de esas cesiones que se hacen en los partidos políticos para colocar a quienes se han quedado en el paro y no tienen otro modo de vida. Tampoco nadie en el PSOE se ha querido mojar en los motivos que pudieron llevar a Franquis a imponer este nombre para una consejería concreta, la de Obras Públicas. ¿Por qué no la de Sanidad? ¿Por qué no la de Empleo? Obras Públicas es una consejería estratégica para los amantes del clientelismo político y colocar al frente de ella a alguien que estará en deuda con su mentor al menos los cuatro años que dure el chollo es un negocio político redondo. Los argumentos del equilibrio territorial del Gobierno esgrimidos por el diputado Franquis se desmoronaban por momentos en los despachos de Ferraz. Sí está confirmado, sin embargo, que José Miguel Pérez argumentó ante la dirección federal de su partido que seis de los siete secretarios generales insulares cerraban filas con la Ejecutiva Regional, y que se disponía a reunir a la Permanente este mismo jueves por la mañana para una ratificación formal. A Ferraz se le desbarataban los planes pero quería una salida airosa, y por eso Pérez reunió a los suyos y formalizó un acta que sirviera de escape a la dirección federal para salirse del atolladero en el que el diputado Franquis le había metido.
Dos nuevos aliados
Para la situación generada en el PSOE canario a raíz de esta crisis los cubanos tienen un refrán muy adecuado: “Lo que ocurre, conviene”. José Miguel Pérez ha vuelto a demostrar que es capaz de remangarse cuando la ocasión lo requiere. Ha sufrido una accidentada Secretaría General regional plagada de contrariedades, de deslealtades inesperadas, de cambios de rumbo de la Federal en temas tan delicados como los expedientes de La Palma y de un partido que en determinadas islas como Tenerife no sale de la consideración de jaula de grillos. La inminente vicepresidenta, que jamás se ha escondido para anunciar que quiere ese puesto, ha descubierto en él un aliado muy rentable. Primero, porque tiene más influencia en Ferraz de la que muchos se creen; segundo, y más importante, porque se quiere marchar pero no de cualquier modo, y tercero, porque no dejará que un cualquiera sea quien le suceda en el puesto. Y ya se pueden ustedes imaginar quién es el “cualquiera” que acaba de perder todas las opciones para sustituirle: Sebastián Franquis Vera. José Miguel Pérez se marchará este mismo viernes sin hacer ruido a su cátedra de Historia de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, pero seguirá sentándose cada lunes en la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, donde desempeña un papel crucial. Es el autor del programa electoral de Educación que defenderá Pedro Sánchez en las próximas elecciones generales y ya es un referente en la materia en todas las comunidades autónomas donde gobiernan los socialistas. Su salto a la política nacional está más que cantado, y aunque él lo niega cada vez que se le pregunta, lo adecuado sería que lo hiciera institucionalmente con una plaza de diputado a partir de noviembre. El primer puesto por la provincia de Las Palmas estaba reservadísimo hasta este mismo jueves para Chano Franquis pero nadie apuesta un euro por que esa reserva permanezca.
Néstor Hernández, comisionado
El discurso del PSOE grancanario de desequilibrio territorial en el nuevo Gobierno va a ir desmoronándose con el paso de los días. De hecho, comenzó su declive la misma noche del miércoles, cuando su Ejecutiva Insular, liderada por Ángel Víctor Torres, evitó emitir el comunicado para el que se reunió y terminó hablando –atención- del reparto de cargos de confianza en el Cabildo de Gran Canaria. Porque, desgraciadamente, mucho de “qué hay de lo mío” hay en todas estas escaramuzas. Cualquiera que se siente a comprobar el reparto territorial del Gobierno entrante con respecto al Gobierno saliente puede llevarse algunos sustos, salvo por el hecho incontestable de que presidente y vicepresidenta sean originarios de la misma isla, Tenerife, coincidencia jamás ocurrida en la leve historia de Canarias. Desde que se perdió la norma de la alternancia presidencial en Coalición Canaria empezaron a caer como fichas de dominó otros principios no escritos que parecían inamovibles. Y este se acaba de mover probablemente de manera definitiva. Lo compensa, desde luego, que la presidenta del Parlamento sea grancanaria, sin duda, o que en el nuevo Ejecutivo se vayan a sentar finalmente tres grancanarios, porque a los nombres de Jesús Morera y Pedro Ortega se sumará con voz pero sin voto el del comisionado de Políticas Sociales, el socialista Néstor Hernández. Pero seguirá habiendo cuatro tinerfeños, uno de ellos el presidente, además de la vicepresidenta y dos consejeros con departamentos transversales: Hacienda y Presidencia y Justicia. De Fernando Clavijo y de Patricia Hernández dependerá en gran medida quebrar las corrientes de opinión que a partir de ahora se desatarán de manera inevitable. Les guste o no, Paulino Rivero y José Miguel Pérez lo consiguieron.
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