Puede haber sido una mala elección de fechas lo que llevó a que este domingo no se llenara la última actuación de La Edad de Oro en el teatro Cuyás de Las Palmas de Gran Canaria, un gran espectáculo flamenco de la mano del bailaor Israel Galván, con el cantaor Fernando Terremoto y el guitarrista Alfredo Lagos. Pero el público, que sólo cubrió la mitad del aforo, ya estaba metido en situación desde los primeros minutos. Sobrio en la puesta en escena pero riquísimo y genial en el despliegue de arte realizado, los tres artistas mostraron lo más puro pero a la vez creatrivo que hoy puede ofrecer el flamenco. Una buena apuesta del Cuyás que hay que felicitar.