Pero ya puestos a relatar nobles oficios, incluyamos también el de impresor, más vinculado al humanismo que a las ciencias económicas, lo que no significa que no precise de éstas para sobrevivir. Bueno, o de toda ayuda procedente de las Administraciones Públicas. Así lo ha entendido el Cabildo de Tenerife, que ha invertido la nada despreciable cantidad de 400 kilos de los de antes en hacerse con el 42% de Litografía Romero, no el 51%, el 42. No terminamos de ver el alcance de la operación, sinceramente, salvo que de repente el sector de las imprentas haya pasado a ser estratégico y a proteger, o que la desaparición de esa litografía pudiera hacer peligrar la esencia misma de la economía canaria. Tampoco queremos pensar que la inversión tenga que ver con la vinculación pasada del ex presidente del Cabildo y virtual próximo presidente de Canarias, Adán Martín, que fue empleado y consejero delegado. O con el actual director general, hijo del expresidente Manuel Hermoso. No obstante, felicitamos a Litografía Romero por sus aciertos.