Jorge Rodríguez no se lo podía imaginar cuando abrió la boca para opinar sobre el alto el fuego de ETA. Ni siquiera los más conspicuos ultrarradicales del Partido Popular se habían atrevido a descalificar la iniciativa en su conjunto, conscientes como son de que continuar por la senda de evitar la paz no conduce a otra cosa que a la pérdida definitiva del centro político. Pero el portavoz parlamentario canario no esperó consigna alguna, y vestido de alumno aplicado, alicatado hasta el techo como exige una situación como ésta, soltó que el alto el fuego forma parte “de la alianza arcangélica desplegada” por José Luis Rodríguez Zapatero, que, además de comerse crudos a los hijos de la gente de orden, “quiere hacer saltar a España por los aires”. Pero Jorge, ¿a dónde vas con esas carreras?