Así las cosas, los promotores de la operación tratan de recomponer la estrategia. La primera acción será pedir a los vendedores, un grupo de bancos que se hizo con Hiperdino en 2011 en cobro de sus deudas vencidas, que permitan el pago de los diez millones de la venta de manera aplazada, probablemente en tres o cuatro años. Como el objetivo es alcanzar un capital de 60 millones para mantener 50 dentro de la compañía y hacer frente a las primeras obligaciones, el siguiente paso será completar el dinero ya reunido, 36 millones, con otros 14 de inversores isleños. De ese modo conseguirían el milagro de recuperar la marca canaria sin recurrir a préstamos bancarios, lo que no solo tiene mérito, sino que supone un suculento ahorro de gastos financieros. Hiperdino tiene unos 5.500 empleados y contraída una deuda con proveedores de 170 millones de euros.