Hoy comienza en la Audiencia Provincial de Las Palmas el juicio del llamado Caso Guillén tras más de trece años de instrucción y una serie de anomalías indignas de un país moderno. No somos quiénes para entrar a juzgar el fondo de la cuestión, que no es otro que una supuesta desviación de 40 millones de antiguas pesetas de fondos públicos para una campaña electoral cuando el PSOE gobernaba el Cabildo de Gran Canaria. La denuncia la interpuso una audaz asociación de juristas llamada Justicia y Sociedad, a la que no hemos oído jamás pronunciarse sobre la multitud de escándalos que se han ido conociendo desde entonces. No vamos a relatarlos ahora aquí, porque sería interminable, pero ni esa Justicia y Ansiedad ni ninguna otra asociación, institución u ONG ha movido un solo dedo para una aclaración mínima de las cosas que siguen pasando. Toca a su fin, por fortuna, la accidentada tramitación de un sumario que fuera convenientemente aireado cada vez que se acercaba una campaña electoral y que no siempre estuvo en las manos más limpias de la Judicatura. Esperamos, como siempre, que se haga justicia. Hoy y siempre, claro.