No nos alegramos en absoluto por el grave contratiempo que en estos momentos sufren decenas de emisoras de radio canarias que se habían tomado muy en serio este oficio de informar, formar y entretener. Ni siquiera estamos contentos por que se confirmaran nuestras informaciones y quedara en evidencia, una vez más, lo fácil que es mandar una nota de rectificación aunque lo que se trate de rectificar vaya a misa. Lo lamentamos también por el bufete de abogados de Madrid que ha cometido este imperdonable error, Díez & Romeo, quizás movido por una agresiva política comercial que dejó en un segundo plano la dimensión misma de los centenares de encargos que asumía y lo que se ponía en juego para muchas empresas y muchos profesionales. No lo sentimos, sin embargo, por los marrulleros que se han quedado fuera, por los que intentaron sin éxito ganarse el favor de los políticos que creían que iban a tener capacidad de decisión sobre este concurso, por los que pensaron que llevando a Paulino Rivero a sus estudios iba a subsanarse un defecto irremediable. Ni lo sentimos por ese político que medró hasta el último momento tratando de intervenir en el pliego, en las condiciones, en los preliminares, de manera que no quedara cerrada ninguna puerta para los indecentes. Nosotros hemos pasado esta primera fase y creemos que tenemos una oferta ganadora para CANARIAS AHORA RADIO. Pero no echamos las campanas al vuelo todavía, que quedan en el concurso 92 empresas que opinan igual de sí mismas.