El relevo no oficial escenificado este jueves en la Mesa General de Contratación tiene a buena parte de la Policia Local de Mogán tirando voladores. Nada ha cambiado desde que detectamos hace poco un grado superior de crispación entre muchos agentes y su sargento, pero el talante de Lorenzo es del agrado del personal armado frente a la defensa a ultranza y actitud de tapón ante el alcalde que ha ejercido Silverio con el subinspector Eustaquio Ramos. Veremos si la cosa policial se arregla por esos pagos turísticos, pero lo que se abre ahora en toda su magnitud es el esprint final para las listas electorales en Mogán. Ya todo el mundo da por hecho que Francisco González situará a su delfín, Tomás Lorenzo, en el número dos de la lista del PP al que aspiraba Silverio Hernández, aparentemente supuesto origen de las broncas con Paquirrín. Pero lo más heavy es que el alcalde, al contrario que su líder espiritual, José Manuel Soria, ya no esconde sus ansias de hacer doblete: quiere una plaza de consejero en el Cabildo de Gran Canaria. Vamos, como para remar con la góndola a cuestas hasta el todavía por remozar palacio insular de la calle Bravo Murillo. ¿Se imaginan a este portento de alcalde dándole otra vez al móvil pero con asuntos de calado insular? Las urnas nos libren...