A Sarraute, los internautas la bombardean a preguntas capciosas sobre su fama ONG, su presunta falta de preparación o si “en el próximo mandato nos enteraremos de que usted se ha comprado fajas con dinero público”, pero la concejal descubre ella solita su talante ante una pregunta aparentemente inocua, de la que no se desprende mala leche alguna, a no ser que una se sienta agredida ante lo siguiente: “¿Cuál es el último libro que ha leído?”. ¡Por Dios! ¿La pregunta del millón? Pues, a tenor de la respuesta, parece que el lector metió, sin querer, el dedo en el ojo de la concejal: “Hay un libro que las personas que no saben comportarse o que no tienen educación deberían leer, lo encontrará en cualquier librería, todavía tiene tiempo de comprarlo, las librerías están abierta hasta las 19,30h”. Esú, ¿y esos sofocos? A la doña le habían dado algo de leña en las tres preguntas anteriores, incluida la de la ONG, pero no tanta como para perder los estribos y dejar al mundo mundial sin saber qué libro es el último que se ha leído Esther Sarraute. Lo que sí sabemos es que la Sarraute “a pesar de haber tenido cuatro hijos, tengo una figura estupenda, y nunca he necesitado de ninguna faja y menos para comprarla con dinero ajeno-dinero pñublico”. Pues vale.