Pero si Daniel Cerdán volvió a demostrar que es capaz de arrastrarse por donde le manden sin la menor dignidad profesional, la postura sostenida por Larry Álvarez, del PP, y Marcos Brito, de CC, volvió a ser para tararí y no echar gota. Ambos se atrincheraron en la tesis gubernamental de suspender de modo más que dudoso un concurso hasta este mismo lunes avalado por el consejo del ente. Y lo hicieron con los modales que cada cual ha ido cultivando a lo largo de la vida. Álvarez, altanero como siempre, recriminando a los socialistas que pretendieran montar un escándalo donde a ellos no les da la gana que haya escándalo. Y Marcos Brito, ese ser indescriptible que padecieron como alcalde los portuenses, negándose a incluir en el acta de la sesión lo que le pedían sus compañeros de consejo. “Al acta va lo que yo diga”, dijo en una de sus muy características bufiadas.