Comprendemos las prevenciones de Lorenzo Olarte para dejarse ver en lugares de pública concurrencia con José Carlos Mauricio, al que sigue debiéndole muchas cosas, como todo el mundo sabe. Mauricio está en el punto de mira político de mucha más gente, sin embargo, y no es Olarte precisamente el que tenga ahora mayor interés en tumbarlo. Al expresidente del Gobierno y fundador de Unión Canaria le vienen ahora muy bien los movimientos mauricianos porque en ellos se incluyen algunas vendettas pendientes: desde el trío de la benzina, hasta los que le defenestraron en el CCN. A por Mauricio los que van son los que lo defendieron como gran estratega hasta hace muy poco, empezando por Carmelo Ramírez y Paco Santiago. Sin embargo, la cosa ha cambiado y hasta es posible que nos enteremos este lunes de los acuerdos de una asamblea muy asamblearia que se va a celebrar en San Bartolomé de Tirajana en la que no van a pedir precisamente la canonización de san Pepecarlos. De repente hasta quieren forzar que se retire como negociador con el PP, para que así de el paso adelante y se afilie de una vez.