Esta nueva sentencia, contraria a las pretensiones de Soria de empurar a los ciudadanos y periodistas que opinan sobre su indecente comportamiento, viene a acreditar también que el vicepresidente del Gobierno no es nadie fuera del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, donde se le ha archivado de todo, incluidas las denuncias que han tenido que ver directamente con los hechos probados en dos sentencias, dos, emitidas con ocasión de querellas por injurias y calumnias interpuestas por el presidente regional del PP. Invitamos a fiscales, jueces y al público en general a leer con detenimiento las dos resoluciones judiciales dictadas por el Juzgado de lo Penal número 4 de Santa Cruz de Tenerife -ratificada ahora por la Audiencia Provincial- y por el Juzgado de lo Penal número 2 de Las Palmas de Gran Canaria en relación directa con el caso Eolo. En ambas se dan por probados hechos que deberían ser investigados por alguien que tenga un poquito de sentido de la responsabilidad, por alguien que quiera, de verdad, llegar hasta el fondo de esta trama, hasta el estanque de los tiburones. Porque hasta ahora sólo se han sentado en el banquillo los que han tenido el atrevimiento de denunciar públicamente que el señor X de esta operación corrupta se llama José Manuel y se apellida Soria.