¿Se acuerdan de Dunia Álvaro Soler, la policía local de Pájara que fue nombrada directora general de Promoción Turística en los minutos de descuento del PP en el Gobierno de Canarias? ¿Se acuerdan de su reacción cuando le dijeron que recogiera sus cosas, que Soria había roto el pacto con CC y había que marcharse? Pues sí, efectivamente, fue la que dijo aquello de “¿yo también?; ¡pero si acabo de llegar!”. Aquel nombramiento fue una de tantas patujadas de Soria, que tenía que compensar territorialmente a su partido a ciertos amigos que le pedían un empujoncito a esta policía local con ambiciones políticas y pare usted de contar. Porque miren que fue criticado aquel nombramiento, y no sólo por nosotros, habitualmente quisquillosos con las cosas de Soria, sino por los empresarios y expertos del sector turístico, que se echaban las manos a la cabeza al sumarse otro paquete al paquete de Rita Martín. La política no está hecha para ella, porque tras ser la segunda directora general más breve de la historia de la autonomía (el récord lo sigue poseyendo Vicente López Pascual, el espía que la armó) ahora ha visto cómo se frustra la posibilidad de ser consejera del Cabildo de Fuerteventura por el tercio Montelongo (el taconazo me lo quito y me lo pongo). La señora Álvaro se olvidó de tramitar su excedencia ante el Ayuntamiento de Pájara y ante Función Pública, por lo que no podrá estar entre las elegidas. Aguedita ha tenido que buscar recambio, en lugar de hacer correr la lista, cosa que ha cabreado a los que venían detrás de la policía que quiso ser política por segunda vez.