Es lamentable y el camino emprendido por el PP lleva directamente al abismo institucional. Porque si de entrada a la lista negra se suman ahora ciertas categorías de empleos públicos sin que la propia Administración General del Estado empieza a reducir sus excesos en cargos de confianza y asesores políticos, lo único que va a conseguir el Gobierno de Mariano Rajoy es la desafección general al sistema de representación parlamentaria por parte de la ciudadanía, como se ve en los sondeos últimos del CIS, en que el PP se desploma pero el PSOE no levanta cabeza, y mínimamente ganan terreno IU por la izquierda y UPyD con su mensaje cada vez más difuso contra el Estado de las Autonomías, alentando al gobierno popular a disolver las comunidades en un golpe constitucional. Los partidos políticos, los que gobiernan, no meten mano a lo que, por mucho chocolate del loro que sea, sangra de verdad a los ciudadanos, y sin que un día se enteren, sufrirán duramente las consecuencias de aparentar defender solo lo suyo y los de sus clientes políticos si no se produce pronto un viraje de actitud hacia la gente.