Abrimos nueva carpeta en la galería de aspirantes a convertirse en ídolos de la afición local. Una afición que clama por la decencia y por que se empiecen a quebrar de modo decidido los comportamientos que han convertido a la sociedad canaria en anquilosada por el clientelismo, la subvención injusta y el compadreo. Nos referimos a Eustasio López, presidente de Lopesan, que ha decidido dar un paso al frente y denunciar lo que considera un funcionamiento anómalo de una institución pública, concretamente la Autoridad Portuaria de Las Palmas. No se trata de una campaña personal contra nadie, sino de un intento por defender lo que esa empresa considera derechos transgredidos. Claro que para que una institución cometa anomalías tiene que haber al menos una persona que actúe inadecuadamente. Cosa distinta es que, en medio de la revoltura, otros aprovechen para pasar factura por viejas vendettas, por rencillas políticas dentro del mismo partido, por aquella mecha encendida en el 99 o, sencilla y tristemente, por compromisos inconfensables.