Lunes por la tarde, después de que Rivero proclamara a los cuatro vientos su felicidad por el pacto alcanzado entre Coalición Canaria y el PSOE, se celebraba en el Ministerio de Política Territorial esa reunión de la comisión bilateral Canarias-Estado, el órgano que ha de velar precisamente por el buen fin de todos esos acuerdos y los ya vigentes, tipo Plan Canarias. Presidía el vicepresidente tercero, Manuel Chaves, junto al presidente Rivero. Por parte del Gobierno de España, tres secretarios de Estado, varios directores generales y la delegada del Gobierno, Carolina Darias. Por parte canaria, además del presidente, José Miguel Ruano, Javier González Ortíz, Fernando Ríos y las peperas Matilde Asian y la inquebrantable dama de hierro de Soria, Rosa Rodríguez. Llegado el momento REF, la última tirantez del pacto, la Rodríguez salta irritada: se está dejando fuera a la Consejería de Economía y Hacienda. Carraspeos, tensión, los socialistas bajan la mirada y esperan... Rivero resuelve la cuestión remarcando que Canarias actuará en la reforma del REF con una sola voz y esa será la voz del presidente. La antesala de la ruptura, dos escuderas de Soria poniendo morritos de disconformidad.