“Esto no es una decisión mía, es una decisión del partido. Pero comprenderás que no íbamos a apoyar a un periodista que no hace otra cosa que criticarnos”. La inteligente y elocuente sentencia es de Pepa Luzardo, ex alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria, aunque cueste trabajo creerlo (lo de haber sido alcaldesa), y actual portavoz del PP, en la oposición. El deshonrado periodista víctima de su bajeza política es Ángel Tristán Pimienta, que este miércoles, como estaba previsto, ha sido designado Hijo Predilecto de la ciudad en unión de otros ilustres personajes que la han hecho grande a pesar de ciertos alcaldes y una alcaldesa infames. El PP no votó a Tristán, ex director del periódico La Provincia, porque el PP canario no quiere que tengan hueco en esta sociedad, que reciban honores o distinciones, que tengan vida cívica aquellos periodistas que hayan mantenido una actitud crítica sólida y contundente contra ese partido. Da igual que se contradigan los más elementales principios democráticos o se vulneren con ello derechos fundamentales, lo que importa es que cale el mensaje para que los demás periodistas sepamos lo que nos puede pasar si insistimos en discrepar.