Siempre nos quedará para la guasa Pepa Luzardo, otra dirigente del PP que aplicó de modo feroz la máxima de su partido de “al enemigo, ni agua”. Porque, efectivamente, en ese partido se considera “enemigo” al que no comulga con los planteamientos del líder, que no son los principios fundamentales de la formación, aunque pudiera parecerlo. La ex alcaldesa, a lo que íbamos, se ha descolgado este fin de semana con unas jugosas declaraciones jurando por Snoopy que no piensa quitarse la pulserita verde de reivindicación de la Gran Marina. Contraviene con su empeño de recuperar un proyecto declarado nulo e ilegal la nueva postura de su partido, al tiempo que nos recuerda a muchos que esa famosa pulsera fue pagada con dinero público (no se sabe aún si municipal o portuario), lo que quizás habría de ser incluido en el listado de posibles malversaciones de fondos públicos de ese proyecto. Por cierto, genial la frase de la ex alcaldesa sosteniendo que hay que hacer la Gran Marina “porque para eso se tiró Sovhispan”. Claro, y por eso también cayó el muro de Berlín en el 89, que era igualmente ruso. Anda, Pepa, di una bobería.