Que José Blanco metió la pata cuando anunció que el mejor candidato socialista para presidir Canarias es Juan Fernando López Aguilar está asumido a estas alturas hasta por el mismísimo secretario federal de Organización del PSOE. Se lanzó cosa mala a la polémica sin medir con exactitud el alcance de lo que su chivato en Canarias le estaba pidiendo que dijera. Pero en Canarias -cosa que quizás siga ignorando el atrevido Pepiño- hay fenómenos paranormales que se convierten en levitación a medida que uno se acerca a determinados focos de irradiación socialista. Nadie da por falso a estas alturas que la diarrea de Blanco procediera de las más altas instancias del PSC, a pesar de que esas mismas melenas australes fueran las que habían pactado desde febrero de 2005 que el candidato fuera otro, una apuesta ganadora que permitirá a los socialistas de las Islas mantener ministro en Madrid.