Marcial Morales, alcalde de Puerto del Rosario, se compró en 2004 un piso de 70 metros cuadrados con dos habitaciones y un baño en la capital de Fuerteventura. Y como no tenía suficiente dinero ahorrado pidió a su madre que le prestara 70.000 euros. Su madre, que lo quiere mucho y acababa de recibir el reparto de una herencia familiar, ayudó a su hijo y le dijo que le fuera devolviendo el préstamo como pudiera. Y Marcial Morales lo ha venido haciendo poco a poco, atendiendo a la vez las necesidades familiares y la manutención de sus dos hijos estudiando fuera de la isla. En resumen: el alcalde de Puerto del Rosario se parece mucho a la inmensa mayoría de los canarios que viven de sus salarios, los que con muchos esfuerzo y sacrificio y con la ayuda de la familia van abriéndose camino, haciéndose con un pequeño patrimonio y sacando adelante a los suyos. El que no se parece mucho a la media es Carlos Figueroa, portavoz del PP en Fuerteventura, que ha presentado una denuncia ante la Agencia Tributaria acusando al alcalde majorero de haber pagado por ese piso menos dinero que el que se pagaba por una propiedad similar en aquellos momentos. Y para enturbiar más la denuncia, Figueroa ha incluido en ella a un empresario de la isla, el que le vendió el piso a Marcial Morales.