El capricho de Soria y Roldós perjudicó a una parte de los familiares de las víctimas, porque Spanair dio la opción de dos personas por pasajero del vuelo 5022, y una tercera en el caso de que sobraran plazas. Esas tres plazas ocupadas por estos tres oportunistas obligaron a la delegada del Gobierno, Carolina Darias, a habilitar un vuelo de un avión militar para que pudieran viajar a Madrid los familiares y amigos que se quedaron fuera. Pero al contrario de lo hecho por el PP, en ese vuelo militar no se coló ningún alto cargo de la Delegación del Gobierno o del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Claro que a esas horas ya se sabía que Jerónimo Saavedra viajaba hacia Madrid desde Bucarest para estar del lado de los familiares, y eso no lo podía soportar el presidente del PP canario.