Ya se chiflaron del todo en la dirección del Partido Popular, metidos como andan en autoconvencerse de que de la corrupción van a salir indemnes. El abogado del partido en las actuaciones que se siguen por la Operación Eolo ha decidido oponerse a lo que reclama el abogado de Celso Perdomo, que pedía la nulidad de las pruebas por las que se inició la instrucción. No es que el PP haya decidido dejar solo al que fuera su más eficiente y trabajador director general (en palabras del mismísimo Luis Soria), porque solo ya estaba desde que lo detuvieron. Lo que han hecho ahora es tratar de mandar un mensaje a la comunidad internacional según el cuál el PP canario es como el caballo blanco de aquel anuncio de Ajax. Con su caballero correspondiente, que de tan blanco que era daban ganas de no tocarlo y ponerle una bandera. Acusemos a los nuestros para demostrar que somos la leche y, de paso, que se cierre la instrucción ya de una vez donde está, ahí, en el estanque de los lebranchos, parecen haber decidido. Dicen los expertos en lo segundo que se equivocan si esa es la intención. Y decimos nosotros que no creemos que el personal se vaya a creer a estas alturas que la tolerancia cero contra la corrupción sea una prioridad en territorio soriano. Tenemos la relación de casos que contradicen la doctrina. Pero no nos vamos a poner pesados una vez más.