Hasta la prensa

Basta con revisar las adjudicaciones pasadas, presentes y futuras en la Autoridad Portuaria de Las Palmas y aplicar una sencilla plantilla para componer un eficaz entramado de intereses que alcanza no sólo al mundo del puerto y de las empresas, sino también al de la financiación de partidos políticos y de sus representantes, a los medios de comunicación, a los figurines en organismos, patronales y Cámara de Comercio y hasta a persecuciones personales. En el Puerto hay tres o cuatro empresarios llamados a ser los protagonistas, algunos demasiado significados como para pasar desapercibidos al nuevo poder que pronto decidirá cosas muy importantes. Por el camino se quedan algunos periodistas, como Francisco Chavanel, que pasó de preferido a maldito por no apoyar ciegamente a Mauricio, aglutinador máximo de tantas cosas. En otra escala, pero también decapitado al fin y al cabo, se encuentra Armando Marcos, que dirigía una publicación digital dedicada al Puerto que ordenaron desenchufar cuando incordió más de lo debido.