Un cuento chino. Eso es lo que ha sido en realidad el recorte presupuestario a la Televisión Canaria, la misma que Soria siempre quiso cerrar hasta que pudo meter la cuchara y enchufar a unos cuantos. La reciente transferencia, por la vía de los recursos destinados a nuevas tecnologías, no es más que el remate a un presupuesto que continúa siendo el más elevado en la historia de la autonómica. Hagamos las cuentas, que son muy sencillas incluso para los de carreras humanísticas: 57 millones en los Presupuestos Generales, más 4 de la publicidad, que ahora gestiona el ente, y los 3,5 de la semana pasada suman 64,5 millones de euros. Es decir, que el Gobierno recorta en dependencia, Sanidad, Educación, obra pública, transferencias a las corporaciones locales... y mantiene exactamente el mismo presupuesto a La Nuestra (de ellos). Los compromisos con los amigos de las productoras amigas son innegociables, por lo que parece.