Quizás no sea el momento más oportuno, dada la que está cayendo con los casos de Las Teresitas y la gran marina de ATI. No lo sabían los miembros de la asociación de inversores, AEVIC, el sanedrín canarión, que se reunió el lunes pasado para, entre otras cosas, decidir abrirse a incorporaciones de la provincia hermana, y sin embargo amiga. La decisión tuvo su discusión, como no podía ser de otro modo. Y no porque se desconfíe de los empresarios tinerfeños, sino porque últimamente en AEVIC se discute prácticamente todo. Las elecciones camerales, la derrota de un grupo de intereses y lo que se avecina con la toma de la Confederación de Empresarios, mantiene abiertas heridas en este sanedrín, que no quiere perder áreas de influencia respecto a otras agrupaciones del tipo Círculo de Empresarios. La presencia en este lobby de miembros de la asociación de inversores y las profundas diferencias entre algunos de sus más destacados miembros, han debilitado al movimiento que ahora preside Carlos Medina Solís, al que algunos de sus compañeros achacan algo de tibieza y falta de impulso. Veremos si con la regionalización, AEVIC gana en influencia. Y en regionalización, que ésa es otra.