Se acabaron las mieles del empalagoso pastel que acabó con el gobierno municipal de Lola Padrón, del PSOE. En el Puerto de la Cruz ha vuelto a sus andanzas habituales el recurrente alcalde, Marcos Brito, repuesto por tercera vez en el poder tras esa censura firmada por su partido, CC, y el PP de Eva Navarro, en tierras conejeras ejerciendo de corresponsal de TVE, lejos del epicentro de la indecencia. Hasta ahora se las prometían muy felices los concejales populares que quedaron en el consistorio, Guillermo Meca y Luis Miguel Rodríguez, capaces incluso de mantenerse al margen de las diarias discordias mediáticas de su socio con el PSOE. Pero, de repente, ambos ediles comprueban cómo esa quietud empieza a quebrarse, quizá porque la profunda cuchara de Brito quiere llegar hasta las mismas entrañas de los conservadores y, para terminar de revolverlas -ya lo hizo en el pasado con Antonio Castro y la misma Eva Navarro- recurre a algún despacho de abogados para encargarle la defensa municipal de unos asuntillos.