Puestos a hablar de flitraciones, ésta que les estamos contando tiene todos los ingredientes para serlo, pero realizada en el sentido más desviado del término, el que se dirige a prevenir a los imputados, a avisar a los agentes en presencia, a tomar las riendas del asunto para que lo que tenga que explotar explote de modo controlado. Es la manifestación más evidente de los sistemas corruptos, los que tienden a proteger a los más poderosos desde el mismísimo poder. Uno que habló más de la cuenta se lo dijo a alguien con poder directo en la cosa y con amistad íntima con el que tiene la responsabilidad política de lo que iba a estallar. Luego, cuando cayó lo de Adán Martín, sólo hizo falta incorporarlo al invento y hacer causa común con él. Tranquilo Adán, que echamos la culpa a la Policía y a los medios de comunicación y verás qué pronto tapamos esto. Que un clavo saca otro clavo. Estén atentos a las nuevas tendencias de primavera-verano, que presionan para que el juez archive la parte poderosa del asunto y deje a los pringados. Como siempre.