Porque la Radiotelevisión Pública de Canarias está explotada mediante un modelo mixto, de titularidad pública pero con una empresa privada ocupándose de proporcionar el respaldo humano y técnico, con una dirección que controla los contenidos y los informativos y una productora que ejecuta los encargos mediante una especie de encomienda de gestión. El modelo ha sido tan exitoso hasta ahora, que es el que han copiado la mayoría de televisiones autonómicas que lanzaron su carta de ajuste después de la canaria. Es un modelo flexible, porque a menores exigencias a la productora, menores gastos por una razón bien sencilla: el ente público no soporta una plantilla excesivamente sobrecargada, que en el caso de Canarias es de tan solo 80 personas, frente a las 350 que conforman Videoreport Canarias, la productora privada concesionaria de la explotación por concurso. Tan flexible es el modelo, que ante el recorte presupuestario acometido en la televisión pública, la productora ha aplicado un expediente de regulación de empleo que se ha sumado a la reducción ejecutada antes por el ente público. Pretender en estos tiempos de caída en la facturación publicitaria que sea rentable para el capital privado una televisión autonómica es sencillamente disparatado. Ahí tienen ustedes el caso de Antena 3 Televisión, que ha tenido que reducir drásticamente su plantilla y su producción en Canarias. O el caso de Canal 9 Las Arenas, cuya programación ha tenido que limitarse casi a algo testimonial. Ninguna televisión con vocación regional ?ni siquiera provincial- sería rentable actualmente.