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El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Por qué el PSOE debe mantenerse en Educación

Los dirigentes del PSOE, Julio Cruz (4d), Francisco Hernández Spínola (3d) y Angel Víctor Torres (d) y los de Coalición Canaria José Miguel Barragán (3i), Fernando Bañolas (i) y José Miguel Ruano (4i), entre otros, durante la tercera reunión que celebran para tratar de cerrar un pacto de gobierno. EFE/Elvira Urquijo A.

Carlos Sosa

No es cierto que las relaciones entre Patricia Hernández, vicepresidenciable regional por el PSOE, y su actual jefe de filas, José Miguel Pérez, vicepresidente en funciones, sean tensas. Pero tampoco son entrañables, para qué vamos a engañarnos. La una quiere echarlo cuanto antes y el otro quiere aguarle la fiesta a la otra hasta que el tiempo aguante. O hasta que llegue el calendario congresual como mandan los cánones. Patricia Hernández tiene voz en la negociación gubernamental, de eso no cabe ninguna duda, pero de momento ninguna de sus pretensiones ha podido ser atendida sencillamente porque los comisionados por ambos partidos para renovar el pacto regional (y lo que cuelgue) está en la misma fase embrionaria del primer encuentro que celebraron en el hotel Iberia. Es decir, a la espera de que hacer balance de pérdidas y ganancias de la constitución de los ayuntamientos el próximo día 13. Algunas de esas pretensiones patricianas ya son conocidas: quedarse para ella la vicepresidencia del Gobierno y alguna consejería por determinar, y coger para el PSOE la Consejería de Sanidad unida a Políticas Sociales, que le tiene prometida a su amigo el doctor Jesús Morera, descabalgado de la lista al Parlamento por Gran Canaria por la Ejecutiva Regional. De momento reina el silencio en cuanto a la primera pretensión, que rompería una norma no escrita por la que jamás han pertenecido a una misma circunscripción electoral el presidente y el vicepresidente de Canarias. En manos de los negociadores quedará, llegado el momento, inventarse una salida que de satisfacción a los que llevan unos cuantos días velando armas. El estreno de Patricia Hernández en la política regional vendrá marcado por el recelo que despertará tal decisión, a la que hay que sumar el escuálido peso de Gran Canaria en Coalición Canaria. Veremos cómo lo arreglan los comisionados.

 

 

Educación, la joya de la corona

En cuanto al deseo de Patricia Hernández de hacerse con la Consejería de Sanidad, son muchas las voces socialistas que lo desaconsejan, mayormente porque quien se convierta en su titular tendrá que arreglar tantos descosidos y tantos desafueros que no va a tener una gestión lucida en ninguno de los cuatro años venideros. Tanto para José Miguel Pérez como para otros muchos dirigentes del PSOE es políticamente más recomendable mantener bajo el mando socialista la Consejería de Educación, tratando de incorporarle, eso sí, Cultura, desgajada en 2011 de manera incomprensible. En materia de Educación, Canarias ha sido un referente nacional estos últimos cuatro años, le guste o no le guste reconocerlo a la vicepresidenciable y a su equipo médico habitual. Se han establecido estrechos y fructíferos lazos con la comunidad educativa (madres, padres, profesores..) y con los sindicatos, aún en unos durísimos momentos de recortes que también han alcanzado a las Islas aunque de manera tamizada. Los resultados en fracaso escolar, abandono temprano, etcétera, han sido muy positivos y un retroceso en esta materia devolvería a Canarias a la senda del deterioro en el que estaba desgraciadamente instalada. Iniciativas como la apertura temprana o los comedores escolares con refuerzo de idiomas no sólo aliviaron en gran medida los problemas de muchos niños y de sus familiares con dificultades económicas severas sino que fueron inmediatamente aplicados por otras comunidades dada su efectividad. Además, el PSOE cuenta con un buen equipo en esa consejería, a cuyo frente hay una magnífica viceconsejera, la lanzaroteña Manuela Armas, que ha dado un ejemplo infrecuente de diligencia, prudencia y eficacia sólo alcanzable con unas altas dosis de trabajo y de vocación. Echar todo eso por la borda no sólo es perder una oportunidad política única de rentabilizar y dar continuidad a un buen trabajo, sino una verdadera irresponsabilidad que sólo sería explicable por un capricho o por una perreta, en ambos casos inadmisibles en política.

 

José Miguel Pérez, a la Universidad

Cualquiera que conozca la trayectoria orgánica de José Miguel Pérez al frente del PSOE canario sabe que no pasará a la historia por su coraje y por el ejercicio implacable de la autoridad. Al tiempo que se le encumbra por haber sido el mejor consejero de Educación de la historia, se le reprochan muchísimos defectos en materia orgánica por una mezcla de factores que tienen mucho que ver con la guardia pretoriana de la que se rodeó y con su alejamiento y desprecio de las intrigas que se dan en todas las organizaciones políticas y que, desgraciadamente, son las que acaban poniendo o quitando secretarios generales insulares, locales y regionales. Pretender atribuirle ahora la intención de quedarse dentro del Gobierno agazapado en una consejería es no conocerle en absoluto. Si él mismo ha dicho que se marchará en cuanto quede disuelto este Gobierno, es que se marchará cuando eso ocurra, salga el sol por donde salga. Del mismo modo que abandonará la Secretaría General del PSOE de Canarias cuando lo considere más oportuno para la organización, fecha que en estos momentos se sitúa después de las elecciones generales de noviembre, es decir, el año que viene. Y es más que probable que ni siquiera se presente a repetir ese puesto, que le ha dado más sinsabores que satisfacciones. En cuanto pueda regresará a su cátedra de Historia Contemporánea de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, desde donde esperará acontecimientos nacionales porque continuará siendo secretario general en Canarias y miembro de la Ejecutiva Federal del PSOE, desde donde vivirá este apasionante segundo semestre de 2015. Cuando lleguen las generales es muy probable que le veamos regresando a la primera línea, pero para dar el salto a la política nacional donde le esperan retos muy interesantes.

 

Expulsar sí se puede

Descartada la participación de José Miguel Pérez en los preparativos y ejecución del nuevo pacto que salga (o no) de las negociaciones entre Coalición Canaria y el PSOE, conviene centrarse en lo que está ocurriendo exactamente en esa mesa. Y lo que está ocurriendo es nada, o casi nada. Los negociadores se ven las caras, charlan del tiempo que hace y ponen en común la sandunguera marcha de las negociaciones en algunos ayuntamientos que saben que serán conflictivos. Dan por sentado que en algunos de ellos no lograrán meter en cintura a sus correligionarios por aquello de las viejas rencillas o –lo más habitual últimamente- el salto de un partido a otro con doble tirabuzón que impide al saltador pactar con sus cabreados ex compañeros. Este sábado, por ejemplo, se escenificará en Fuerteventura un ceremonial llamado a ser ejemplarizante: la expulsión del alcalde de Tuineje y de sus seguidores de Coalición Canaria. Haber dejado fuera del pacto municipal al PSOE le va a costar a Salvador Delgado uno de los disgustos más grandes de su carrera política, disgusto que será mayor en sus concejales, que no podrán cobrar emolumentos al pasar –por obra de esta expulsión- a la condición de no adscritos. Así lo mandata la nueva Ley de Municipios de Canarias en su artículo 28, puesto en discusión por los más sesudos conocedores del Derecho Constitucional y del Estatuto del Concejal, que es norma de rango superior a cualquier legislación autonómica. Pero ésa es otra guerra que ya llegará. La expulsión de Delgado, que el secretario de Organización de CC, Barragán, lleva personalmente de su mano, es el motivo por el que este jueves contestó de modo tan expeditivo a la pregunta de si podría ser expulsado por la misma indisciplina el alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez. La respuesta no podía ser otra porque si Delgado es manifiestamente expulsable, Bermúdez no iba a ser la primera excepción en el segundo caso.

 

El calendario a partir de ahora

Así las cosas, el calendario de la mesa regional del pacto queda ahora mismo en manos de la constitución de los Ayuntamientos (día 13) y de los Cabildos (19 y 20). Acto seguido y a la vista de los incumplimientos que cada fuerza haya podido cometer, se empezará con el siguiente hito, la elección de los miembros de la Mesa del Parlamento. Nadie se atreve ahora mismo a adelantar a qué partidos, además de CC y PSOE, se dará entrada, dada la constatación de que no hay mesa pa tanta gente. Luego, tras ese primer reparto, se pondrán sobre la mesa los deseos de cada una de las partes en presencia. Primero, la configuración de la estructura gubernamental, decidida en 2011 por Paulino Rivero y José Miguel Pérez en los prolegómenos de las negociaciones: si Hacienda seguirá con Seguridad; si Cultura regresa a Educación; si Medio Ambiente vuelve a Política Territorial; si Obras Públicas se separa de Ordenación del Territorio… Y, acto seguido, el reparto entre las dos fuerzas políticas del pacto regional de esa estructura. Mientras tanto, como decidieron este jueves, irán confeccionando documentos de trabajo que se puedan parecer a un acuerdo de gobierno.

Nuevo reto para Clavijo

Ni las más sofisticadas técnicas de medición de la opinión pública podrían ahora mismo cifrar cuánto le debe Fernando Clavijo a su mochila y a aquel famoso vídeo de campaña por ella protagonizado para jolgorio de los que querían, antes que el trasero, conocer la cara del candidato de Coalición Canaria. No fue lo de la mochila un invento de campaña para tratar de transmitir a la ciudadanía una falsa imagen de persona informal porque es cierto que con ese equipaje se mueve habitualmente el alcalde de La Laguna. Pero sí que recibió alguna crítica por la ocurrencia dado que ya la había tenido alguien al que él conoce bien por habérsele enfrentado con desigual resultado en la campaña electoral de 2011. Nos referimos a Gustavo Matos, que abandonó con su mochila el puesto de concejal en La Laguna rumbo a la Dirección General de Comercio para poder cumplir con su promesa de que si no ganaba, no pactaría con CC. Lo hizo en su lugar el número dos, Javier Abreu, con tan buenos resultados que consiguió un concejal más frente a una merma de seis de su contrincante y socio nacionalista. Pero a lo que íbamos. En el entorno de Matos hubo alguna sonrisa al ver que también Clavijo acentuaba en su campaña el uso de la mochila, cosa que hizo en socialista en la suya de primarias. De ahí que por las redes comenzaran a correr chistes como el que incluimos aquí hoy por su gracia. Por cierto, por si es de interés de los que generalizan: Gustavo Matos es de momento el único ex alto cargo del Gobierno que ha renunciado a su paga de indemnización y al derecho a desempleo. Tras abandonar su puesto para presentarse a las elecciones autonómicas por Tenerife, regresó al despacho de abogados que abandonó en 2011. Allí seguirá por poco tiempo porque ha sido elegido diputado regional.

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