Otro ejemplo: el registro de regalos del Ayuntamiento de Londres puede ser consultado en la web y cualquiera puede conocer que el teniente de alcalde, Richard Barnes, fue obsequiado con un sombrero Panamá por la Cámara de Comercio de Ecuador, o que la Asociación de Fútbol invitó al concejal Kit Malthouse a un almuerzo y al derbi entre el Arsenal y el Chelsea. Cuando era alcalde de L'Hospitalet, al ministro Celestino Corbacho le regaló un décimo de lotería un constructor adjudicatario de obra pública. Y tocó: 14 millones de pesetas. El Tribunal Superior de Cataluña no le condenó porque consideró que regalar lotería es un hecho socialmente extendido. La Oficina de Ética del Gobierno (OEG) estadounidense investigó al jefe de gabinete de George Bush, John H. Sununu, por usar un avión y un coche oficial para sus escapadas desde Washington a una estación de esquí, o a sus citas con el dentista en Boston. Sununu acabó dimitiendo.