El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
El puerto, lo primero
Mario Rodríguez, les decíamos, desgranó ante los presentes un largo discurso muy bien hilvanado que sólo interrumpió en dos ocasiones para beber un poco de agua. No hubo aplausos de respiro, ni siquiera cuando mencionó a los empresarios distinguidos últimamente con premios nacionales, como José Sánchez Rodríguez o Ángel Ferrera. Algunos de los presentes atribuyeron la autoría intelectual del discurso a Sergio Alonso, pero otros recordaban que Rodríguez escucha mucho a todos pero que no deja que le toquen sus piezas. De oratoria, se entiende. Fuera como fuese, hizo un discurso con muchos guiños a la regeneración moral, ética y estética, con referencias a la corrupción para apartarla del mundo empresarial y con un fuerte contenido ambientalista vinculado, sin embargo, a la necesidad de crecer más allá del 1% que, dijo, ha impuesto como tope el Gobierno. Su discurso, como no podía ser de otro modo, empezó por los puertos y por una dura crítica al Gobierno canario por no incluir en los órganos directivos de los recintos autonómicos una representación empresarial al estilo de las autoridades portuarias estatales. Rodríguez hizo un apasionado canto a lo decisivo, fundamental, único e irreemplazable del papel de los empresarios portuarios, que estaban muy bien representados en el almuerzo.
Sobre este blog
El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora