Mientras Soria anunciaba que el pliego estaba acabado y que lo mandaba a Europa y todo (cuando no era necesario), Domingo Bueno contestaba por escrito a Paquita Luengo todo lo contrario: “No se le puede entregar, porque el pliego no está terminado ni ha sido aprobado. Tendrá información de él, en virtud de la legislación vigente, en el momento que le corresponda. No obstante lo anterior, nunca se puede entregar copia de un pliego porque podría situar en situación (sic) de ventaja a cualquiera de los posibles concursantes, lo que afectaría a la validez del procedimiento de contratación”. ¡Dios santo!, ¡qué pulcritud! ¡Qué dechado de legalidad! Pero nos asalta una duda, ¿acaso insinúa el señor Bueno que la oposición es capaz de filtrar las bases a empresarios interesados? No queremos ni pensar que eso pueda estar sucediendo en Gran Canaria. Sería un escándalo, una deshonra, un sablazo para la imagen de la isla. Qué va, insoportable.