La orden de Larry Álvarez tiene su importancia más allá de lo que significaba en aquel preciso momento. El PP necesitaba mucho ruido ambiental para tapar lo que sucedía, posiblemente ajeno aún a lo que se le venía encima, porque poco después fue detenido el alcalde y hasta Mari Carmen Castellano con el resto de sus compañeros concejales. Querellas para tapar las vergüenzas propias. ¡Qué curioso!, ¿a qué nos estará sonando? Sentar en el banquillo a los que acusan, a los que descubren, a los que airean, a la oposición, a los transeúntes... Pan para hoy y hambre para mañana porque tras el archivo y una vez descubierto el uso fradulento de la justicia, hasta se pueden presentar iniciativas judiciales por denuncias falsas. Por no contarles el alcance que puede tener la exceptio veritatis. Tiempo al tiempo.