El estreno de Electra fue todo un acontecimiento cultural que congregó en el Pérez Galdós a lo más florido e inquieto del panorama escénico canario. Y nacional, porque hasta Mario Gas, director del Teatro Español, conocedor de esta función, que se ha ensayado en ese coliseo que dirige, quiso estar presente. Junto a él, el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, que estaba verdaderamente entusiasmado por la calidad de la producción. Y José Miguel Pérez, presidente del Cabildo y profundo conocedor de la obra galdosiana: “No quise leer ni oír nada de las noticias previas al estreno. Quería llegar aquí sin contaminar para ver la función tal cual. Y lo que he visto me ha encantado. Es la esencia del pensamiento de Galdós, y así se recogía en una entrevista que leí recientemente en el Diario de Las Palmas”, le dijo Pérez al director de la obra, Ferran Madico. Tampoco se perdió esta Electra la portavoz del Consejo General del Poder Judicial, Gabriela Bravo, que no paraba de comentar sus certeras impresiones con algunos responsables de la función. Ni Juan José Armas Marcelo o la concejal del PP Isabel García Bolta, verdaderamente encantada con una producción que no gusta a su jefa, Pepa Luzardo, instalada desde hace tiempo en una suerte de pueblerina vendetta de la que no la sacará ni siquiera el ridículo que está haciendo.