Se trata del enésimo marrón que han de comerse los nuevos mandamases municipales, y más concretamente la nueva directora de Urbanismo Carolina Darias, que habrá de acumular la deuda de Geursa a las sentencias condenatorias por expropiaciones hechas con los pies, el canódromo o la calle Pavía. Esta práctica de encargar obras sin encomienda y sin las mínimas garantías administrativas han sido moneda de cambio en la gestión del PP canario, tanto en el Ayuntamiento como en el Cabildo. De este modo es fácil explicarse cómo iban de rápidos algunos proyectos que no eran otra cosa que pantallas electorales. Hacerlo bien es menos electoralista, sin duda, pero no trae efectos retroactivos años después. Para pagar los 35 millones de Geursa, el pleno del Ayuntamiento empezará este viernes a aprobar una figura llamada reconocimientos extrajudiciales de crédito.