Para que se hagan una idea cronológica de la tramitación de este concurso de seguridad y vigilancia del Cabildo, es necesario recordar que se convocó en mayo de 2009, con un pliego de condiciones elaborado por los funcionarios adscritos al Servicio de Régimen Interior, que dirige Carlos Gutiérrez, un veterano funcionario de más de setenta años que se niega a jubilarse y que pasa la mayor parte del tiempo de baja por enfermedad. En julio de ese mismo año ya se detectan los sospechosos movimientos del que hoy es delegado de Serramar en Canarias, José Ángel García, empleado de Seguridad Integral Canaria hasta que fue despedido disciplinariamente en octubre de ese mismo año tras comprobarse las irregularidades y la actividad presuntamente delictiva que llevaba a cabo. Ese mismo mes de octubre, la esposa de García tiene el atrevimiento de presentarse en la sede del Cabildo y entregar un obsequio a nombre de la consejera de Presidencia, Encarna Galván, de quien depende políticamente la Mesa de Contratación. El obsequio era una agenda de la marca Tous que la consejera devuelve por correo a la central de Serramar en Cádiz con una atenta carta explicando que le era imposible aceptarla por razones obvias.