Los conocedores de las entrañas del CB Gran Canaria recuerdan a la perfección las tiranteces que la consejera de Economía y Hacienda, Rosa Rodríguez, provocó en la etapa en la que actuó con el mismo cargo en el periodo soriano de 2003-2007. Cuando el PP ganó las elecciones, en el Granca se temieron lo peor y no se equivocaron. Incluso antes de tomar posesión, en junio concretamente, Rodríguez ya comunicaba a la directiva de la entidad que ni se les ocurriera por asomo aprobar los presupuestos para 2012 sin que ella personalmente los supervisara. Ya estamos en septiembre y el club sigue sin tener aprobadas sus cuentas, con lo que eso supone a escasas semanas de dar comienzo la temporada. En los ambientillos del basket se da por seguro que la dimisión de la directiva llena de satisfacción a la consejera de Economía y Hacienda porque su indisimulado deseo es que al frente de la entidad vuelva a colocarse un histórico como Lisandro Martel, al que se vincula estrechamente al PP y que concita la confianza de la responsable política que Soria puso cerca de Bravo de Laguna (padre) para vigilarlo de cerca.