De manera sorpresiva, lo recordó la semana pasada en el programa 59 Segundos el presidente del Cabildo de Tenerife en el que fue primer apagón del año: las competencias en materia energética son del Gobierno de Canarias y a él corresponde la tarea de inspección de las eléctricas. No habían pasado siete días de este recordatorio y la isla de Tenerife volvió a quedarse a oscuras. No hace falta un nuevo radar, ni lo ocurrido se hubiera evitado con unas jaculatorias a la patrona. El problema vuelve a ser el mismo que el que condujo a aquel tercermundista apagón de la tormenta Delta. Las instalaciones de Unelco-Endesa no reunen las condiciones adecuadas para hacer frente a la más mínima adversidad climatológica, como volvió a demostrarse la madrugada de este lunes. Ya cuando se ofrecieron explicaciones tras la tormenta Delta quedó claro que las instalaciones, en el mejor de los casos, databan de 1996, y las más antiguas, de 1970. Quedamos ahora a la espera de conocer los detalles actualizados, los ofrezca la compañía eléctrica o el consejero de Industria, que ya no sabe a qué clavo ardiendo agarrarse, bien para culpar a Unelco sin culpar al Gobierno, o bien para culpar al Gobierno sin que nadie dimita.