Hay otras decisiones del Ministerio de Industria, Energía y Turismo que para Canarias tienen consecuencias nefastas y que sin embargo parecen estar pasando desapercibidas. Siendo como son las islas seis sistemas eléctricos aislados (Lanzarote y Fuerteventura comparten uno al estar conectadas por un cable submarino) ninguno puede tirar de otra fuente de generación eléctrica que no sean las centrales convencionales, mayormente de ciclo combinado. La caída de la demanda eléctrica por la crisis económica logró en su momento aliviar las tiranteces de esos sistemas, que hace tiempo que requieren su reforzamiento, bien con ampliación de centrales o bien con la incorporación de otras nuevas. Es el caso de Fuerteventura, que perdió en su momento un tiempo precioso discutiendo dónde instalar una nueva central que produjera energía para el sur de la isla. Cuando ya estaba todo a punto de desbloquearse, un Real Decreto del Gobierno, con la insigne firma de Soria, el 13/2012, de 30 de marzo, ha supuesto un retroceso al punto de partida. Ese decreto elimina cualquier posibilidad de inversión tanto en generación como en transporte de electricidad, lo que impide solucionar este grave problema de suministro y pone al sistema eléctrico majorero en el borde mismo del cero, esto es, caída por una punta de demanda, apagón total de la isla y problemática arrancada de los grupos generadores.