No tenemos noticias de que el alcalde de Santa Brígida, tan dado a la demanda civil de protección del honor, haya actuado judicialmente contra su viejo ángel de la guardia. Más bien parece tener intención de aguantar el chaparrón lo que dure y tratar de arreglar sus viejas cuentas con el empresario Ruano Torres. Suponemos que el arreglo tendrá que mucho que ver con lo que nuestro hombre dice al Niño Bravo en su escrito, concretamente en el folio número 4, un poco antes del ultimátum definitivo: “Todos ustedes se han burlado de mí, y en particular dos concejales del partido [el PP], y creo que ya va siendo hora de que les vayas explicando a tus compañeros lo que sabemos tú, yo y otra persona y que, al parecer, ya saben personas ajenas a nosotros”. Uy-yuyuy