También fue un día de contenidos suspiros para muchas personas que no pudieron tomar ese vuelo de Spanair. Conocemos al menos el caso de cuatro personas, dos de ellas, Héctor y su pareja, porque llegaron a la facturación de la compañía en Barajas tres minutos después de que se cerrara el vuelo. Otros dos hermanos, Clara y Enrique, también se quedaron fuera, quizás por el overbooking. Su madre, Lili, lloraba emocionada este miércoles en Gando tras poder contactar con ellos y comprobar que estaban ilesos. El destino quiso que no se subieran en aquel avión, lo que curiosamente motivó que periódicos como El País indagara para conocer las causas, por si alguien hubiera dado la voz de alarma ante el posible mal estado del aparato. Un comunicado del Sepla emitido varias horas antes del accidente prevenía de graves irregularidades en el funcionamiento de la compañía como consecuencia del drástico recorte de plantilla acometido por la crisis económica. El comunicado fue desactivado de la web del sindicato de pilotos tras el siniestro.