El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Con esa soberbia que le caracteriza
Lo más probable es que el juez de Primera Instancia que este martes celebró la vista contra José Manuel Soria por intromisión ilegítima en el honor de los maestros canarios acabe por inadmitir la demanda por una cuestión puramente técnica: el honor es cosa individual y personalísima. Lo verdaderamente noticiable de este asunto no es que se absuelva a Soria por haber dicho que los maestros son unos vagos que se cogen bajas por depresión para irse a la playa. Lo inusual y por tanto lo noticiable es que todo un vicepresidente del Gobierno sea demandado por los funcionarios por ofenderles gravemente y que la cosa llegue hasta el extremo de reclamarle una cantidad simbólica, un céntimo por cada maestro, así como una rectificación pública. Por hablarles del juicio en sí, debemos destacar la pose soberbia y sobrada del demandado, que se presentó ante la Justicia negando haber dicho lo que dijo a la periodista Natalia Vaquero, por aquel entonces redactora de La Provincia. “No son manifestaciones mías”, recalcó, lo que se contradijo con lo sostenido por Vaquero, que relató cómo fue aquella conversación telefónica que en aquellos meses eran asiduas entre él y el ex vicepresidente canario.
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